La DGT espera para la campaña de Pascua un total de 15 millones de desplazamientos, una cifra a la que no se llegaba desde antes del inicio de la crisis en 2008. Es por ello que, ya sea un trayecto corto-medio de entre una y dos horas o un trayecto más largo de entre cuatro y ocho horas, tu coche va a necesitar de su particular puesta a punto para estar listo al echarse a la carretera con todas las garantías posibles durante esta Semana Santa.
Neumáticos y suspensión
Los neumáticos son un elemento imprescindible para la seguridad al volante ya que son el punto de contacto entre la carretera y el vehículo. Es por ello que se hacen necesarias revisar que la presión de estos es la adecuada, así como la profundidad del dibujo (mínimo legal de 1,6 milímetros), y el equilibrado, si fuera necesario. No menos importante es que la amortiguación esté en correcto estado para asegurar la fijación de tu vehículo a la calzada.
Líquido de frenos
El líquido de frenos es uno de los elementos más importantes del sistema de frenado del vehículo, por lo que ha de encontrarse en los niveles y condiciones adecuadas para que la frenada del vehículo sea la óptima. Si han pasado más de 30.000 kilómetros sin cambiarlo deberías plantearte revisarlo para comprobar si necesita ser cambiado.
Aceite y filtros
El aceite y el filtro de aceite trabajan de la mano para mantener su coche en perfecto funcionamiento. El primero ofrecerá la lubricación perfecta a tu motor y el segundo filtrará numerosos elementos dañinos para el motor. En ambos casos la revisión ha de realizarse con una frecuencia alta de entre cada 10.000 y 20.000 kilómetros.
Anticongelante
El anticongelante o el refrigerante cobrará más importancia si cabe en esta calurosa Semana Santa. Deberías revisar que el líquido para se encuentre entre los dos niveles de máximo y mínimo que marca el tanque del líquido. Se ha de cambiar cada 60.000 kilómetros, sin embargo hay que estar atento al nivel a no ser que pueda tener alguna pérdida.
Pilotos
Normalmente los coches suelen avisarnos en caso de que alguna de las luces de nuestro vehículo se haya fundido o estropeado. Si no es el caso, conviene que hagamos un revisado luz por luz, desde los intermitentes hasta las luces antiniebla. Si toca conducir de noche por carreteras desconocidas lo mejor es ir bien iluminado.